viernes, 4 de abril de 2014

VISITANTE NOCTURNO SOLITARIO





Un clásico de los años 60
Por Luis Burgos

Biotipos y porcentajes de apariciones argentinas


Biotipo 1
Biotipo 2
Biotipo 3
Biotipo 4
45%
20%
25%
10%
Diminutos
Normales
Altos
Alta Extrañeza

Período 1947 – Actualidad 

Introducción

De la incomparable oleada argentina y mundial de 1968, recuerdo que uno de los casos de mayor difusión y polémica resultó ser el encuentro de una joven con un extraño individuo en las sierras cordobesas. Mucho se habló desde entonces: desde fraude con fines turísticos hasta una trama urdida por la propia protagonista, pasando por inventos periodísticos. Hoy mismo quizás, los detractores de turno que esperan agazapados entre bambalinas, harán de las suyas. Lo cierto es que por una cuestión u otra nunca pude viajar a entrevistar a la testigo. Pero en 1986, pasados 18 años de aquel “contacto”, comisioné al investigador Daniel  López, de FAO Bs. As. a que reinvestigara aquel suceso. Y el viaje rindió sus frutos, pues de la entrevista con la testigo surgieron pautas fundamentales como para suponer que, evidentemente,”algo había ocurrido en esa época ”. Un relato consistente, con lujo de detalles y fuera de todo contexto fantasioso surgió de la boca de la mujer, ya con 37 años, casi dos décadas después. Veamos…

La turística Villa al oeste
de la ciudad de Córdoba.

Ubicación geográfica

Villa Carlos Paz es una ciudad turística argentina por excelencia. Se encuentra ubicada a sólo 30 Km. al oeste de Córdoba capital. Allí, recostado sobre la ruta nº 20 y a 2 km. del centro se levanta el motel “La Cuesta”, propiedad del sr. Pedro Jacobo Pretzel. Su hija, María Elodia, de 19 años, colabora con su padre en las tareas de la residencia.


La joven protagonista y su padre

El episodio

María Elodia Pretzel es una joven de carácter decidido, que goza de buen concepto vecinal y no es lectora de la ciencia ficción. A principios de año fue intervenida quirúrgicamente. Ya repuesta se puso también al frente de la atención del motel. Pero una madrugada de Junio de aquel 1968 su vida cambió…
Hacia la una de la mañana ya del día 14, don Pedro Pretzel regresaba en su automóvil por la ruta 20 cuando a unos 50 mts. de la entrada del motel distingue “dos grandes focos rojos sobre el camino, muy distanciados entre sí como para ser otro auto”… también la puerta abierta de la casa le llama la atención, pues sabía que su hija era muy cuidadosa en ese aspecto. Ni bien entra, se dirige a la habitación y observa a su hija tendida sobre la cama, en estado inconsciente. ¿Qué había ocurrido allí?.


El relato de María Elodia

Luego de despedir a dos pasajeros, fue hacia la cocina y notó que llegaba mucha luz desde el hall. Pensando que alguien había prendido las luces del salón se dirigió hacia allí y se encontró con un extraño e insólito visitante…

La joven protagonista y su padre

Una figura de gran talla, superior a los 2.00 metros, rubio, con peinado hacia atrás y aspecto amistoso se hallaba parado a poca distancia de ella. Se encontraba ataviado con una especie de malla enteriza, color celeste fosforescente que le cubría del cuello a los pies. Desde las uñas de los dedos de las manos le salían como “rayitos luminosos”. En la mano izquierda portaba una esfera de cristal con destellos fuertes. En la mano derecha llevaba un gran anillo, tipo manopla. A estar por la muchacha, cada vez que el personaje levantaba esa manopla,” era como que se elevaba del piso y se suspendía en el aire…”. En esos instantes, María Elodia sentía que perdía fuerza y se desplomaba, y cuando la bajaba, se recuperaba. La entidad avanzó hacia ella con gesto amable y tranquilo, moviendo lentamente los labios, produciendo un lenguaje extraño,  tipo melódico y semejando al japonés. Era algo así como: “cling-gling-crish”. En determinado momento, la joven sintió como “burbujas en la cabeza” y transpiración intensa, pero al tocarse el cuello, éste estaba seco. La protagonista pudo correrse hasta el mostrador, al tiempo que el ser movía constantemente la esfera y pretendía acercarse. Ella afirma que en su mente sintió como un mensaje que le decía: “No tenga miedo…”
De repente, la esfera se apagó y el extraño se detuvo, giró y se retiró hacia la puerta de salida. Al darse vuelta, la testigo le notó una especie de falda, pero el hecho insólito se produce cuando se acercó a la puerta: Ésta se abrió sola y se cerró también sola cuando partió… (?)
Desde ese momento, María Elodia, que había retrocedido, no recuerda nada más. A los pocos minutos, llegaba su padre…


El médico

El Dr.  Hugo Vaggione,  33 años, conoce a la joven muy bien pues es el médico de la familia Pretzel. Según el facultativo, es una persona seria, un poco introvertida y de gran responsabilidad. El chequeo realizado arrojó un estado nervioso agudo, por el impacto emocional, sin llegar a una crisis grave. Perfecta coordinación en sus manifestaciones y presión normal. Sana psíquica y físicamente, el doctor no le encuentra motivos para un engaño o alucinación
  

El médico de la 
familia Pretzel

Las evidencias físicas

Si bien el caso no arroja las evidencias físicas tan buscadas por todos (huellas, rastros, etc.), versiones extraoficiales indicaron que se hallaron leves indicios de RADIACTIVIDAD en la cochera del motel y en sectores donde incursionó el visitante fuera del mismo. En Argentina, existen solamente 4 casos de localización “RADIACTIVA”.


Ovnilogía comparada y correlativa

Esta tipología humanoide, que asoló la década del 60 y que "Inexplicablemente" en la actualidad “actúa con cuentagotas”, dejando su lugar a los famosos grises, que parecen haber acaparado la casuística de entidades, junto a los temidos reptilianos, tuvo en nuestro país un encuentro cercano cuyo tripulante se asemejó al de Villa Carlos Paz: Fue el famoso caso del dique La Florida, en San Luis, cuando una entidad de elevada talla y similar vestimenta se apareció frente a tres pescadores la noche del 4 al 5 de Febrero de 1978. Respecto a la correlatividad de casos, aquella noche- madrugada del 13 al 14 de junio de 1968, numerosos avistajes y observación de humanoides ocurrieron en distintas provincias de Argentina. Allí mismo en cercanías del motel “La Cuesta”, lugareños distinguieron el vuelo de “dos luces rojas muy potentes” a eso de las 22:00 horas del 13 de Junio.

El visitante del motel


Hipótesis de trabajo

Si EL VISITANTE NOCTURNO Y SOLITARIO que llegó no se sabe de dónde y esperó que se retirara la pareja del motel para entrar ¿la inminencia de la llegada del padre interrumpió la acción? (se apagó la esfera y se retiró)...
Dudas que quedarán de un caso para el recuerdo. Hoy a los 73 años, María Elodia Pretzel, recuerda el suceso como si hubiera sido anoche...